jueves, 24 de febrero de 2011

Piano, piano ...

O sea, despacio y con buena letra. Avanza la tercera semana desde mi regreso y poco a poco voy familiarizándome de nuevo con la vida en Bogotá. Recorriendo sitios nuevos y viejos, y tratando de descifrar lo que está sucediendo en la ciudad, en todo el sentido de la palabra: lo que se acostumbra, lo que no, dónde se compra qué, qué es mejor dónde, a qué horas se hace qué, (lo cual está determinado en gran medida por la capacidad de movilizarse, que a su vez depende de la placa del carro y/o de la hora del día). O sea, aunque uno pueda circular en su vehículo dado que el número de la placa del carro se lo permite, es posible que el volumen de tráfico le indique que es mejor quedarse en su casita. Se va aprendiendo con el tiempo…

Dado que no han llegado mis “trastos”, sigo de huésped; la gente dice que los huéspedes son como el pescado, que empiezan a oler feo después de los tres días, así que no sé cómo me podría clasificar en este momento. Mi hermana y su familia nos han acogido con un cariño y paciencia infinitos y eso me ha permitido ir explorando con calma, sin necesidad de manejar una casa desde el primer momento.

He tratado, eso sí, de cocinar para ellos de vez en cuando, lo cual los tiene muy contentos; dicen que “la lata”, el término coloquial con el que se denomina a las comidas en Colombia, ha mejorado considerablemente desde que yo llegué. Tengo que confesar que después de vivir en Estados Unidos todos estos años sin ayuda, contar con manos que siempre están listas a prestar auxilio de buena gana y con afecto, es una dicha. Como decía una amiga mía en Washington, ahora las recetas de Qlinaria no van a decir “pique una cebolla”, sino “haga que le piquen una cebolla”. Maravilloso.

La receta que presento hoy es una variación interesante con respecto a las tradicionales que se preparan en el wok por la adición de la naranja que le da una dimensión completamente nueva y además tiene la ventaja agregada de que se prepara en 30 minutos o menos. No se requieren utensilios ni ingredientes sofisticados por cuanto el wok se puede remplazar por una sartén pero lo que sí es importante es que la carne sea muy tierna, por cuanto se cocina durante un tiempo muy breve, y que las verduras, que además puede variar a su gusto, queden crocantes y no se cocinen excesivamente.


Si lo desea, puede agregar vegetales como zanahoria, calabacín, apio, cebolla cabezona, etc., cortados todos en la misma forma para que se cocinen al tiempo y para darle una mejor apariencia al plato.


Carne con verduras y salsa de naranja

Ingredientes:

2 naranjas grandes
3 cucharadas de jerez seco
3 cucharadas de salsa soya
1 cucharada de fécula de maíz
1 libra de carne blanda sin grasa tal como lomo de res cortada en contra de la fibra en tajadas de ¼ de pulgada (1/2 centímetro).
½ cucharadita de aceite vegetal
2 cucharadas de jengibre fresco picado finamente
1 ½ tazas de guisantes frescos, sin vena
½ - 1 pimentón rojo cortado en julianas
2 tallos de cebolla larga cortados en tronquitos de ½ cm.
1 ½ tazas de raíces chinas lavadas

Preparación:

1. Con la ayuda de un pelador, pele la cáscara de la naranja en tiras. Corte las tiras a lo largo para obtener unas más delgadas, de aproximadamente ¼ cm. de ancho.


Exprima el jugo de las dos naranjas. Mida el jugo; si no obtuvo ¾ taza, agregue agua hasta completar esta medida.

2. Combine la cáscara de naranja, el jugo de naranja, el jerez, la salsa soya y la fácula de maíz en un recipiente pequeño. Reserve.

3. Caliente un wok (ver Glosario) o una sartén grande con fondo antiadherente. Cuando la sartén esté bien caliente, agregue la mitad de la carne y cocine a fuego alto hasta que esta dore por un lado, unos 2 -3 minutos. Voltee los trozos y deje cocinar 1 -2 minutos adicionales, hasta que doren.

4. Ponga el aceite en la sartén y caliente a fuego medio-alto. Adicione el jengibre y sofría sin dejarlo dorar; agregue los guisantes, el pimentón, y los troncos de cebolla y sofría para que las verduras se cocinen ligeramente sin perder su textura crocante, aproximadamente 2 minutos; añada la mezcla de jugo de naranja en la sartén y haga hervir;


Agregue la carne y las raíces chinas, conserve durante aproximadamente 1 minuto para que todo se caliente y sirva inmediatamente acompañado de arroz blanco.

Rinde 4 porciones.

Adaptado del libro 30 Minutes or Less Cookbook de Sunset.


Buen provecho!

jueves, 3 de febrero de 2011

2,600 metros más cerca de las estrellas

El domingo pasado aterricé en Bogotá después de un mes de caos y actividad interminable. He sentido una culpabilidad terrible con Qlinaria durante todos estos días porque mi intención cuando escribí la última entrada acerca del primer año de la página era hacer publicaciones esporádicas, de pronto sin fotos, pero no desconectarme del todo de mis lectores. Pero fue absolutamente imposible. Mil perdones.

Una mudanza de una casa a otra en una ciudad ya es suficientemente traumática, pero cerrar un capítulo largo de vida en otro país tiene otra cantidad de arandelas que uno nunca calcula y que parece que no terminaran nunca. Arreglar la casa para ofrecerla, vender carros y cosas, reorganizar hijas, ese proceso que todos detestamos y que nunca hacemos con la suficiente frecuencia de escoger lo que necesitamos y lo que no (con la consiguiente autocensura por acumular tantas cosas que no usamos y no necesitamos) organizar las donaciones, llevarlas, ver a los amigos queridos que dejamos, limpiar, desconectar, trasladar, cancelar, cerrar, etc., etc., etc. El tiempo nunca alcanza y uno siempre está colgado de esa cuenta regresiva que genera una ansiedad insoportable.

Pero bueno, lo logramos por una nariz. Entre Verónica, mi hermana Marta quien viajó a ayudarme la última semana y una gran cantidad de manos caritativas de amigos incondicionales, terminamos de desocupar la casa y de despedirnos con nostalgia de una época, y temporalmente de quienes nos acompañaron durante esos años.

Ahora empieza otra etapa con expectativas y desafíos; vendrá el correspondiente período de ajuste y ubicación, pero esta vez es más una labor de reconocimiento, lo cual lo hace más fácil. Reanudo relaciones y una forma de vida que ya no será la misma de hace 10 años cuando de fui de Colombia, pero que no me es tan ajena. Y retomo mi actividad en Qlinaria, poco a poco pero con la misma energía y ánimo con que la he adelantado este año que pasó.

De nuevo los invito a expresar sus comentarios, inquietudes, preguntas y sugerencias para que Qlinaria siga creciendo y ajustándose a las necesidades de los lectores aquí, allá, y en todos los lugares donde tengo el privilegio de entrar a los hogares de mis queridos lectores.

Hoy les presento una receta de un pollo originada en el sur de Estados Unidos y que tiene una mezcla de sabores original por cuanto combina el curry con verduras y tomate. Como muchas de las recetas sureñas, existen múltiples variaciones, quizás una por cada cocinero. Esta versión, adaptada ligeramente de una receta del periódico The New York Times, respeta la idea básica del plato, con una mezcla equilibrada de condimentos suficientemente delicada para servir a invitados, pero tan fácil que se puede preparar para una comida entre semana.

Pido disculpas también porque a calidad de las fotos no es óptima, pero cuando iba a disparar mi cámara, me dí cuentaque no tenía la pila y obviamente sabía que estaba en alguna maleta, pero no en cuál, y los comensales no dieron espera. Creo que la calidad obedece a la cámara prestada desconocida, y quién sabe, de pronto también a la cercanía de las estrellas!



Pollo sureño (Country Captain Chicken)

Ingredientes:

½ taza de harina de trigo
2 cucharaditas de sal gruesa
1 cucharadita de pimienta negra recién molida
1 cucharadita de tomillo seco
2 – 3 cucharadas de mantequilla (puede remplazar por aceite vegetal)
3 libras de de muslos de pollo o el equivalente en pechugas, partidas según sea necesario para obtener porciones individuales.
4 - 6 tajadas de tocineta (bacon)
1 cebolla cabezona (yellow) mediana, picada
1 pimentón verde sin semillas y picado
2 tallos de apio picados
1 cucharada de ajo picado o al gusto
2 cucharadas de polvo de curry
4 cucharadas de uvas pasas
1 lata de 28 onzas (o 2 de 14 onzas) de tomates picados con sus jugos.
3 cucharadas de almendras cortadas en tajadas largas, tostadas
Arroz blanco o arroz blanco de coco para acompañar.

Preparación:

1. Precaliente el horno a 325°F.

2. Mezcle la harina, la sal, la pimiento y el tomillo seco en un plato. Derrita la mantequilla en una sartén grande y honda a fuego medio alto. Pase los trozos de pollo por la mezcla de harina para empanizar o apanar y sacuda la harina sobrante.

3. Fría los trozos de mantequilla por tandas hasta que estén dorados por todos lados, aproximadamente 8 minutos. Pase el pollo a un plato y escurra el exceso de mantequilla de la sartén, dejando solamente una cucharada de mantequilla en la sartén.

4. Regrese la sartén a fuego medio y agregue la tocineta; fría hasta que esta esté crocante, saque de la sartén y deje enfriar en un plato. Una vez fría, desmorónela y reserve.

5. Añada la cebolla, el pimento, el apio, el ajo, el polvo de curry y 2 cucharadas de las uvas pasas a la sartén y cocine a fuego medio hasta que las verduras estén suaves y aromáticas, unos 7 minutos.



Adicione los tomates, revuelva bien, y cocine a fuego medio-bajo durante 10 minutos. Sazone al gusto con sal y pimienta.


5. Esparza 1 taza de la salsa de tomate en el fondo de un molde refractario lo suficientemente grande para que los trozos de pollo quepan en una sola capa. Acomode los trozos de pollo sobre la salsa. Vierta la salsa restante encima y alrededor del pollo, tape el molde con papel aluminio y cocine durante 35 minutos. Destape y cocine durante 15 minutos adicionales.

6. Saque del horno y rocíe con los trozos de tocineta, las uvas pasas restantes y las almendras tostadas.


Sirva acompañado de arroz.

Rinde 4-6 porciones, dependiendo del tamaño de las presas de pollo.