Con la visita de Silvia cambia la rutina de la casa que con nuestro traslado a estas tierras se transformó en nido vacío. Otra vez hay puerta del cuarto cerrada hasta la hora que se acabe el sueño, desayunos tardíos y almuerzos preparados en familia casi completa. Experimentos culinarios y música bastante más moderna en la cocina. Los chistes malos o buenos pero nuestros que conocemos de siempre y que no fallan en hacernos reír. En fin, es como volver a usar la chaqueta vieja que es la que nos acomoda. Se siente muy bien.
Con gusto entro a la cocina a preparar las cosas que ellas identifican con su hogar. Esta vez, una sopa de tortillas mejicana, de esas que comíamos en invierno y casi siempre con amigos y que cada uno convierte en propia agregando los ingredientes opcionales que la acompañan. Aunque en una entrada anterior presenté el pozole, que tiene la misma idea, considero que la sopa de tortillas es más popular; esta es una versión ante la cual los puristas de la comida mejicana se pueden horrorizar, pero que resulta más realista por cuanto suprime los pasos e ingredientes menos prácticos y reduce el tiempo de preparación a la tercera parte, con muy buenos resultados.
Ofrezco disculpas por la calidad de las fotos de esta entrega. La cámara estaba mal graduada pero fue un caso de “apura que se enfría” y “tranquila que las fotos quedaron perfectas y comamos ya”. La verdad es que esta sopa se debe comer bien caliente y la impaciencia nos ganó.
Sopa mejicana de tortillas y pollo
Ingredientes:
2 cucharada de aceite vegetal
½ taza de cebolla cabezona (yellow onion) picada finamente
1 cucharada de chili en polvo o más, al gusto
2 cucharadas de pasta de tomate
4 mitades de pechuga o contramuslo de pollo de pollo (o una mezcla de estos) sin piel
Sal
8 tazas de caldo de pollo
6 tallos de cilantro
Condimentos:
1 ½ tazas de tomates picados en cuadritos
1 taza de maíz tierno (fresco, enlatado o congelado)
1 paquete de tostadas mejicanas de maíz listas (disponibles comercialmente)
2 aguacates (paltas) cortados en cubos a los que se agregan unas gotas de limón
½ taza de queso fresco o quesito desmoronado
Crema agria al gusto
Cilantro fresco picado
Preparación:
1 taza de maíz tierno (fresco, enlatado o congelado)
1 paquete de tostadas mejicanas de maíz listas (disponibles comercialmente)
2 aguacates (paltas) cortados en cubos a los que se agregan unas gotas de limón
½ taza de queso fresco o quesito desmoronado
Crema agria al gusto
Cilantro fresco picado
Preparación:
1. Caliente el aceite en una olla grande en la que va a preparar la sopa. Añada la cebolla y cocine a fuego medio hasta que esté transparente, no dorada, unos 4 minutos. Añada el chili en polvo y la pasta de tomate y revuelva con una cuchara de palo para cocinar brevemente e integrar; tenga cuidado de no dejar quemar el chili.
3. Cuando el pollo esté listo, retírelo del caldo, deje enfriar hasta que lo pueda manipular, y deshilache en trozos del tamaño de un bocado; deseche los trozos grasosos. Reserve.
4. Si el caldo en el que se cocinó el pollo tiene muestras visibles de grasa en la superficie, retírela con una cuchara. Añada el caldo restante y los tallos de cilantro y mezcle bien. Hierva destapado a fuego mínimo hasta que el caldo se reduzca en un tercio, unos 30 minutos. Asegúrese de que haya quedado suficiente caldo para las porciones señaladas.
5. Para servir, distribuya el pollo en recipientes hondos o cazuelas y agregue el caldo bien caliente. Pase a la mesa y deje que los comensales agreguen al gusto los condimentos.
Rinde 4 porciones.
Adaptado de la revista Fine Cooking.
Y para los papás de aquí y allá, un feliz día!
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