jueves, 13 de mayo de 2010

Pesto de albahaca


Mi primera referencia del pesto no fue positiva. Durante muchos años frecuentamos con mis papás un restaurante italiano en Bogotá, llamado “Giuseppe Verdi”, que tenía la mejor lasagna que he comido en mi vida. Ibamos muchos viernes y varios domingos, y aunque me costaba trabajo pensar en ordenar algo diferente a la lasagna, un día me llamó la atención la pasta verde que servían en muchas mesas, y que obviamente era al pesto, pero desistí inmediatamente de pedirla porque alguien en mi familia dijo que era “muy pesada”, o sea, difícil de digerir, y estaba repleta de ajo, así que con dos bocados ya era suficiente para sentirse satisfecho o aburrido de comerla.

Talvez por la circunstancia desafortunada de que alguien en mi casa no digería el pesto, no pude disfrutarlo todos esos años, pero creánme que he tratado de compensar esa pérdida de tiempo. Hoy día la comemos con mucha frecuencia en la casa y Verónica se llevaba porciones empacadas para la universidad para congelarlo y consentirse de vez en cuando. Cada vez que la como, vuelvo a sentirme sorprendida de que una mezcla de ingredientes tan sencilla produzca un resultado tan maravilloso!

Creo además que los ingredientes que tenemos a nuestra disposición en todas partes del mundo también han evolucionado tremendamente desde esa época y casi podría asegurar que la frescura de la albahaca, de los piñones y de los aceites de oliva que se pueden adquirir hoy, no tiene nada que ver con lo que había en los mercados hace unos años.

Además, los días más cálidos de la primavera empiezan a traer hierbas frescas estupendas, entre ellas la albahaca, y hay que aprovecharlas.




Pesto de albahaca

Ingredientes:

25-30 hojas de albahaca
½ taza baja (o sea, un poquito menos de ½ taza) de aceite de oliva extra virgen
1-2 dientes de ajo
1/3 taza de piñones (Ver Glosario)
1 1/2 taza de queso parmesano recién rallado
Sal al gusto

Preparación:

1. Ponga las hojas de albahaca dentro de un procesador de alimentos junto con el aceite de oliva, los piñones, el ajo y una pizca de sal. Procese brevemente a velocidad media.



2. Agregue el queso rallado y procese nuevamente. Raspe los bordes del procesador para asegurarse de que queden bien mezclados.




Rinde 1 ½ tazas.





Puede hacer el doble de la receta y congelarla por porciones empacada al vacío. El pesto se conserva perfectamente congelado y así podrá disfrutarlo en cualquier momento.

Esta vez preparamos unos spaguettis integrales con el pesto, adicionando aproximadamente ½ taza de pesto a 1 libra de pasta, y complementando con unos tomates cherry. No se necesita nada más para lograr un plato perfecto.



Una vez más, jueguen con el pesto y gócenlo acompañado de verduras asadas tales como espárragos o zucchini, en sándwiches fríos o paninis, con pollo, huevos, gnocchi, etc.

Prometo más recetas con pesto, pero por ahora, buen provecho!

2 comentarios:

  1. Justo llevo dias diciendo que quiero hacer pesto. De pronto me animo hoy!

    ResponderBorrar
  2. Anímate que la albahaca está espectacular! Un abrazo,

    Ana María

    ResponderBorrar